miércoles, 19 de enero de 2011

ARGOT DE PÚAS

ARGOT DE PÚAS

Ladrona de mis sueños lenguaje de mi ciudad.
Escucho tu canto y no es de aquí.
Grito desmembrado. Aullido desesperado.
Poseída das vueltas en la cama. ¡Caja negra! Gritaste.
Le pusiste tu nombre: Chingue.
Lo despiojaste poniéndolo en tu pelo; lo lavaste
Le quitaste su olor natural.
Lo desnudaste como hijo y amante.

Acomodado a tu lado enterraste su rostro en tus tetas.
Chingue sudó entre tus senos. Gimió su lozanía.
Se pasó a mi lado y se me paró el pico.
Chingue tuvo un acto solemne, me lo agarró abrazándote.
Morí envidioso de tu sostén.
Me vi en los pliegues de tu pezón.
(El olor de la leche y el sudor de la noche desarmaba la costra del pezón.)
La suciedad de la espera chupaba el sueño.
Te había amarrado a mi vértigo. Fui el velador
De la vela prendida. Te succioné y Chingue exague,
Chupó la costra abriendo una fisura.

El argot destrozaba tu lengua nómade y en el rumor de la
Calle tu pezón agrietó el territorio.
El sueño de un don nadie se amarró a nuestro destino.
Un hedor pestilente fue nuestro interruptor.
Sentí su vaho en la madrugada.

En las tardes estivales el puerto olía a Chingue.
Las pensiones olían a Chingue.
El motel olía a Chingue y el burdel de Panquilemu,
Era el chancro de la carretera.

Olfateando lo llevabas a tu vera. Su hedor fue sublime.
Los dos arrullados menguaban sus quimeras. Los piojos
Circulaban en tu cuello.

La costra supuraba entre los piojos. Chingue te chupaba con tesón.
Aquietados frente a la caja negra, se arrullaban.
Para no olvidar el presente inventaban trabalenguas.

Chingue preguntaba por la geografía.
Sobrevino el duelo y enmudeciste. Los ruidos de Chingue
se perdieron entre tus gestos, fijaron nuestra distancia.
Sin decirnos nada te vestiste de funeral. Y te quise.
Lucía cada pelo un brillo distinto cayendo al más allá,
Destellando a la luz de las sombras.
Gallina negra y rural en el nauseabundo gallinero de la polis.
Revueltas cerdas en ondas carreteras.
Tus ojos contenían la emoción de un placer temprano.
No era una zona superada. Recóndita aguardaba tu bastardo.
Tus canas fulguraban las cenizas de nuestro fango.
Un abismo de maldiciones las iba opacando.
Apretados horadamos el hueco.

Viajé memorioso recorriendo a pie nuestros pantanos.
Estirpes lejanas regresaron despiadadas: Tres rosas amarillas a los pies de Chejov. Canicas transparentes juego de nuestros presidios. Las montañas y el mar de los poetas en un paisaje petrificado.
Una muñeca lanuda, ora que ora en el portal.

Vivimos infiernos como lugar preferido hacia una muerte segura. Mi respiración
Gorjea aullando tu nombre del instante. ¡Urraca! Y dejándome llevar en tu garra
Derecha murmuré incoherencias en tu oído izquierdo.

Dormida entre tus brazos una zona de guerra fijó nuestras fronteras. Husmeabas
vestigios  del sudor de días. Y escondías el eco de una voz fallada. Sello postal de algún envío. Una letra soluble nos borraría.

Se interrumpió nuestro movie, “Locos de amor” se interrumpió nuestro movie. Un extra ilumina la pantalla. El extra inmovilizó nuestro movie. “Locos de  amor” Un extra entró en nuestras vidas y nos empañó el movie. Un extra entró en nuestras pesadillas. Un extra nos disparó en la cama.

Nadie ha reclamado este cadáver. Sombra de una fisonomía ardiente.
Pálida, palafito sureño, chancro lustroso.
Perfil sombrío que no deja huellas. Hoyos congelados
En lata fría mohosa agujereada. ¿Es mío este cadáver?
 Sí, musité apasionadamente
Ahí va la novia que nunca fue. Ahí va la hija que nunca fue.
Allí va un cadáver importante.
Unidos de la mano con el hijo que nunca tuve.
Y si hubiese sido la madre que hubiera querido, habría tenido a quién enterrar
Como toda familia chilena, y de no ser así, tal vez hubiera visto de reojo, para echarme en cara que he dado sepultura a un desconocido.

Nadie me puede acusar de haber vivido con un desconocido,
y haber tenido hijos desconocidos, y estos hijos tener padres desconocidos.
Aquellos que nunca se conocieron en un país desconocido, y todo lo que nos ronda.
La casa que no tuvimos y que la propaganda nos adiestró a soñar, seguros de nuestras miserias. Durmiendo juntos abrazados a Chingue en nuestros cobertizos.
Chingue que va en nuestro entierro de pareja fracasada. De familia fracasada. De mezcla fracasada.

Se interrumpió nuestro movie. Un extra iluminó la pantalla.

Apreté slow.



Olla papito, anoche fuimos reventados por el fuego, olla papito, tengo la cosita roja, y ele, ele mucho.


CUANDO LAS CAUSAS LLORAN EL OLVIDO PENA

CUANDO LAS CAUSAS LLORAN  EL OLVIDO PENA

Dos enes ocuparon mi ciudad sitiada. N.N. fue escrito en el patio México del cementerio, General. N.N. fueron las bolsas de plástico en el fondo del mar Pacífico. N.N. fue la mujer ensacada del norte. N.N.  diseminado en la torre de alta tensión. N.N. fue la transmisión oral y clandestina. N.N. tuvo la familia chilena. N.N. transformó la prensa nacional. N.N. se borró en el registro civil. N.N. se quemó en la ley. N.N. Hizo regional tu nombre. N.N. fue el prisionero de mi memoria.  N.N. fue el simulacro de tu nombre verdadero. N.N. te hizo irreal. Una envestidura de cal ha engastado tu nombre.

Si te encontrara escribiría solamente N.N. en las cortezas de los árboles; enamorada hasta encontrarte, dibujaría corazones en el aire con tu nombre. Y mi lengua diría: N.N. hasta despapilarse. Se despedraría por un beso tuyo. Un beso más en mi lengua rendida la haría aullarte. Y quizás hauyentándote, agotaría su reserva salival y rayaría en el norte tus iniciales. Raparía N.N. en mi nuca.  Borraría N.N. en mis muñecas.

Haría que no dejara de rumiarte porque mi cama está caliente. Usaría radicalmente tu nombre completo. Te nombraría tal vez, de una forma furtiva y a toda prisa viviría solo por eso. No para que volvieras, sino para que yo volviera. Por eso y sólo por eso, haría una legua de nombres en mi Sur. Con tu nombre borraría el Sur. Con tus iniciales haría una escritura de la ausencia. Con tus huellas reharía la caminata de mi vida. Encima de tu cuerpo me restregaría hasta sentirte. Encima de ti reanudaría aquellas escrituras muertas. Encima de ti retrasaría la hora. Así esta pasión de encontrarte haría pública tu ausencia. Así esta pasión haría pública la inhibición de haberte perdido, irremediablemente. Mi memoria recorrería nuestro desorden. Móvil, con un invisible ademán te diría: Adios amor mío. Así de enamorada, vería vertiginosa descorrer nuestra historia. Tu oreja en la postal de la muerte. Aquella frenética ilusión de progreso. Aquel desenfadado ideal. La misteriosa soledad de un privado. La engastadura de un anillo de bodas. Nuestro perfil fotográfico de familia onerosa. Los pasajes de Guolag, Viet Nam, Cuatro Alamos y Campos de Marte.
             
               Yo y tú sin retorno apasionados. Yo y tú, huéspedes de una morada imaginaria. Tú y yo enamorados. Yo en el Mayo de las flores.  Rehenes. Morando el olvido te diría una noche, que no te lloraría, porque si no estuviera viva, quien respondería por nosotros.  Quién podría reconocerte si no yo. Quien impediría negociaciones en tu nombre. Quien podría privatizar nuestra fragorosa memoria. Quien te habría llevado atado en mi cuello, sabiéndote ido. Quien me habría humillado, una vez más. Quién viviría inalterable esta osadía de vivir una lengua exiliada, el atrevimiento de nombrarte y hacerte vivir en la muerte. Vivirte me haría escribirte, me haría decir:  Que nunca te has ido.  Mi osadía ha sido pensar lo imposible.

Dedicatoria

Carlos, a él, quién más, a Carlitos y Carolina
A un hombre que conocí a los 17 años, a la Adriana de Jesús crédula como gran madre, mi tía Elvira de las Mercedes (Q.E.P.D.), solterona y beata quien fue violada por haberme robado un reloj –a los dos años-
A Donna mi perra quien me avisa los temblores; mi lora Pepa (Q.E.P.D.) repetidora incansable de mis versos
A los sin par glúteos de Nureyev
A Cecilia Radrigán presa en la cárcel de San Miguel amiga de infancia
Jorge Radrigán compadre quien me presenta a Chopin y la Mesa Verde a los 9 años
Al loco Martínez de Viña del Mar, al que era estrictamente prohibido acercarse a toda muchacha decente
A Richard Chamberlain porque con gusto sería su Mariko
A James Dean y al Edén del Este, Little Richard, rey del Rock’n roll; Oscar Castro, Oscar Hahn, Jaime Lizama, Omar López, Nicolás y Víctor, John Lennon, Abril, al Jóse, Nancy Jorquera, Janis Joplin, Lake Sagaris, Amalia Rodríguez, Julián Sorel, Juliet Greco, a Fresia
Mi casa en Sycamore Road, Clifton, N.J., 1978
a las locas sueltas
a las locas atadas
a los manicomios
al siquiatra que recetó baldes de agua fría para mí.
a las piezas en que vivimos, al brasero, al mate, al diablo
a la virgen del Carmen, a los escapularios y Prokofiev
a Renca
a Artesanos primer cité en que viví
a la Avenida Portales y a la Quinta Normal primera infancia y primera detención
a Salvador Allende
a Bobby Sands
a la primera comunión
                                                                                                                                             al primer coito y a la bastarda Emperatriz

LENGUA OSA VERBA

LENGUA OSA VERBA



La moza lengua osa verba
El ojo rumoroso oja loba
El monte rojo verbo mozo

La turbulenta rosa agua

Tiembla lengua labios
Labia fino oído la mieda
Fiero ojo acecha loba malva

Turba el ojo salado las aguas
Rocosa fiel piel loba mar
Amarilla espuma suave pelaje olas
El ojo artificila espuma puma gaviota

Temblorosa verba lengua dulce palabra
Tronco dulce ramaje hoja fina lengua
Flota pluma del ojo ciervo
Lengüita trino

Rosa espina sangre lengua
Palabra trunca acecha labio
Fiel anodina temblorosa moza
Efímera la rosa verba

Presiona labio furioso presa
El lodo atunes y colores
Según aguas verdosas rosas espinas
Ojo malva salva y rito

La fuente verba lengua ojo salva malva


Palabra retina de los aullidos lengua

Espina corona ardiente fuente lasciva

Marchito penacho verba de mis ardores



Carmen Berenguer

PUENTE MADRE

Del Libro “mama Marx” (2007)

PUENTE MADRE

                                         
(11 p.m.)

 
Nadja baja sus medias y nombra los puentes.
Puente Madre en una puerta sin número,
fuimos a dar con marañas de pelo húmedo
debajo de ese puente.

Allí,
rastro del olvido,
ristre,
quiero hacerlo en el río.

Escríbeme: Puente de mis miembros,
estoy en otra dirección.
Soy una orilla colgada en el puente.


(a las 2 a.m)

Perras celosas, un rastro;
amarillo rosado perla;
amarillo perlado.

El vuelo de una perra.

Siento la lengua de su hocico,
colmada de desvíos
espejos de la resaca
desvelada,
viéndome en la otra orilla.
Puente de mis ojos.


  (3.28 a.m.)

En los límites del sur.
Espérame perlado en el reflejo de la línea.
Esa que no cruzas por miedo a perderte.
La hora de una perdida,
deja húmeda la entrada.
- Sombra ilegal -
A hurtadillas chorrea en el río de la madre.
Sola bajo los puentes cobro barato,
una perdida no teme a nada.
De una esquina a otra despierta el alba.
Una perra mueve la cola.
Regresan las grullas dibujan
en el puente,
las calles Paris Londres Oh,
New York city,
pequeña Italia
Barrio Chino,
Oh Manhattan,
Oh baby,
yo doll.
Mi cité.
al otro lado El Harlem y las brisas,
Oh Bronx, New Haven,
my darling one.
El puente, Oh Hudson,
Oh mapuchu Oh quiero,
echárteme Oh fragor.

                      (3.10 a.m.)

Por la venia de María.

Algo viejo ha revivido,
y dejo en el pasado la cebolla.
Mal te pese.
Nuestros corazones palpitan,
estoy vaciada en esta  puerta.

Mientras en la calle,
una mujer grita: "Soy Amparo".
busco huilliches,
para echármelos encima,
y los cuerpos aparecen,
día,
y días,
ahogados,
de amar.
Una línea indeleble brilla.
Son las iniciales que
te nombran: ¡Ahuecado!
En el remolino, y es noche.

Son los vestigios del verdugo
iluminan el farol del puente,
en el ala
de una polilla suicida.
La voz de la gloria repite:
¿Me echai una para dormir ladeada?

La hora de una falena abisal,
es la hora inhabitada de un vacío.
Sus patas brillan suspendidas.

Una hora por un cielo estelar
y
nada
más.

Una palabra.
Y la lengua chasquea,
lúbrica.
¡Sudapena !
¡Llorona!
¡ Güipil!
¡Animita de barro!
¡Chimba!

Fuga de palabras en su boca,
de la esquina.

Todo sentido único,
delirio de una alada,
aparición vocálica del soliloquio.

La noche nómade prologándose a sí misma.



LOS PUENTES SON LOS HORIZONTALES DIBUJOS Y EN ELLOS ESCRIBO




PUENTE PÍO NONO

PUENTE PÍO NONO

(4 a.m.)

El puente Pío Nono se sube arriba de mis miembros palpándome.
Cerrando los ojos me digo: ¿Por qué no están abiertos?
Entonces abro mis piernas y mirándome susurro: Están en otra dirección.

Lo cultural mi vida, y el encierro, pueden permitirse inaugurar eventos
y como ellos sugiere tantas cosas bautismales como misa para matrimonios
estatales: la novia será desflorada en el acto.
La escena es narrable: la novia ha quedado sola después de su primer coito:
el único válido en su vida.


(4.40 a.m.)

Estoy en la orilla derecha, al lado de mi puente a las dos de la madrugada para ver a las perras en celo con un amarillo rosado perla: como un amarillo perlado
el vuelo de una perra.

Los goznes están apartando el puente de mí. Soy el desafío a las dos y siento la lengua de su hocico.


(4.30)

Ahora estoy en la ribera sur. Llevo un pañuelo en la cabeza; rito del desaliento. La luna con su pollera de augurios buenos se desvela viéndome en la otra orilla que me despide.

Mis ojos están en el puente. Más bien el puente son mis ojos. Pasa llamándome.

Te escribe la ribera sur: estoy en el límite. Los límites que me enrostras desde la ribera sur. Espérame perlado con la imagen tuya sobresaliendo del reflejo de la línea. Esa que no cruzas al encuentro del diálogo acerca de esa llamada libertad.
Zona libre cuerpo desnudo de línea.






DEBAJO DE PUENTE ME PERDÍ

(12 p.m.)

Oliendo a café de higo.
La hora de una perdida en un abismo
es siempre la hora del abismo
por donde fue parida
en los comienzos del infierno
como lo fue la madre.
A mi madre se la echaron.
El llanto de una bastarda
se siente para ser perdida.
se la echaron y eyacularon,
y los gritos fueron ahogados por el río.

Solitaria por el puente
me echai una cacha
tengo ricas las tetas
en EL Puente Purísima
te cobro barato.
Mijito! Una perdida no le teme al puente,
ni a nada.
Ese cabrón se fue porque no quiso
meterse conmigo gritando;
¡Un coito por la vida
y uno por la aurora!
Aquí en esta esquina, hay bastardos,
huachos, maricones, busconas y traficantes.
Marionetas solitarias golfa fraudulenta,
camina chueca y adosadas a su piel
unas jorobas aladas.


(3.30)

Apocalípticas susurrantemente deliciosas acaban vírgenes,
saboteadoras errando el invierno del 89, en la calle Marín.
¡Es un sueño! Perfecto, palpitante me dije: Francisco repite esta es la calle, este es el puente por donde pasas.
La mirada entra por el ojo y ese es su poeta que le escribe.
El casco de una yegua para revivir.


EL VIEJO PUENTE ENCIMA DE OTRO PUENTE

(2 a.m.)

Sólo una puta está parada allí.
Una perra de ojos celestes le guiña el ojo
y cruzan las dos.
Todo por una perra de ojos celestiales.

Ya vendrán las oscuras calenturas a estas calles a parir:
Calle Londres, calle Paris, New York City, The Litle Italy,
Barrio Chino, Oh! Manhattan, Oh baby. Yo doll.
Mi city. Definitivamente al otro lado.
Más bien la inmersa donde se surge del río cualquiera.
El Harlem y las brisas Oh Bronx New Haven
My darling one. El puente Oh Hudson Oh mapuchu
Oh quiero echárteme Oh fragor.





 
TE ESCRIBO ENTONCES DESDE LA OTRA ORILLA, Y ESTOY EN EL LÍMITE

(1 a.m.)

Los límites que me echas en cara desde la ribera sur.
Me esperas al otro lado, perlado con la imagen tuya
sobresaliendo en el reflejo de la línea. Esa que no cruzas
para encontrarnos y dialogar en las fronteras sobre este sueño y el otro
cuerpo desnudo de líneas.

Estoy muy lejos, muy lejos casi en la frontera.
Una línea de agua sucia baja, muy baja. Agua espesa chocolate al otro lado del puente.




 

(1.30 a.m.)

El viejo puente encima se lo echa.
La tiñosa con la vulva hinchada aguarda
dramáticamente sin ti, angelicalmente
insurgente más allá del cruce
líquido espeso ópalo adoquín semental
la perra en una jaula imaginada: Fuego
juego: la señal.
El sonido y la furia sobre todo.


Me lanzas la cuerda. Quieres verme preñada.
¿Cómo cruzarte encima de todo? Tan destinado.
El arco de cobra las alianzas y yo tan desnuda lo acaricio
todo por esa caverna debajo de los puentes.

De perraje blanco suaves cadejos
se lame y palpita por un pendejo de fino linaje.
Huele el territorio y se entrega a cualquiera.
Insurgente por un polvito.

Aromas de Diegos en una noche bermeja.

martes, 4 de enero de 2011

Ultima Publicacion de Carmen Berenguer 2009 / Maravillas Pulgares

Mi poesia oral y visual

Ruinas

RUINAS
La noche no es la noche ideal
romántica de los cantos versallescos
o trinos de pájaros en algún amanecer.
La noche de la novela triste es cuando sus luces
se apagan y aparecen las sombras criminales
en las esquinas de los bares, de las casas,
a los pies de la cama, debajo de las sábanas,
en los colores de los muebles, en la opacidad
de las tablas, detrás de los cuadros, arriba del armario,
en los rincones de la escalera
en este libro,
en medio de estas páginas,
en el temblor de tu sonrisa, en ese espejo del baño,
en el cepillo del pelo, en el olor de tu traje,
en el cubierto de la mesa, en la cajita de música,
en el calcetín; broche de una noche antigua,
en la maleta,
en la página del medio,
en el candor, en la maceta de flores;
detalles del tejido,
y el pañuelo a rayas en el sillón Bauhaus,
en el cuadro de Frida Kahlo, en el retrato de revistas viejas,
en los platos de comida, en el charquicán y el luche,
en los juegos de luces pascueros, en los vasos de vino,
en la ponchera, en el apiao y pajarete, en el chaleco azul,
en el anillo, en el collar de un cuello, en los aretes,
en las página sueltas, aquí mismo,
en el hilo del medio,
en el piso de la cocina, en la heladera,
en la silla de paja, en el jarro de café,
en la azucarera, en la mermelada,
como si arriba, en la cucharita del té,
crochete del estío en la biblia latinoamericana,
en el cantar de los cantares, en el libro de Job y Jeremías.

"Chile aparece como un inmenso caballo muerto, tendido en las laderas de Los Andes bajo un gran revuelo de cuervos".
Vicente Huidobro
Páramo y ruinas,
en el sahumerio,
en el escapulario,
en el sagrado corazón de Jesús,
a la entrada de la casa,
en el póster de psicosis,
en el cuarto,
en la música de Béla Bartok,
en el afiche del cojo Díaz,
en la postal del indio,
en el rostro sudaca,
en estos ojos chinescos,
debajo de todo eso, en las puntas,
como si nada, en los santitos, el el ulpo,
en todo eso,
cuando te acuestas,
cuando te levantas,
cuando miras de reojo,
cuando fijas la vista,
cuando te acercas,
cuando hablas,
cuando callas,
cuando brincas,
cuando te das vueltas
en la mañana,
una hora después,
cuando te agachas,
cuando sudas,
cuando aguantas,
cuando aúllas,
cuando todo eso,

"El poeta inglés pudo decir: "Algo huele a podrido en Dinamarca", pero nosotros, más desgraciados que él, nos veremos obligados a decir: Todo huele a podrido en Chile".
Vicente Huidobro

después de quedarte escuchando las gotas de la llave mala,
después de la lluvia de Julio,
después de Julio,
después del frío,
después de la helada  de invierno,
después de la remesa de Julio,
después de la carta de Julio,
después de las cuentas del invierno,
después de la piel seca del invierno,
después de las noticias del invierno.

Irene Paulova ES LA REINA DE LAS NOCHES MOSCOVITAS
Se parece a Rusia,
se parece a Hong Kong,
se parece a mayamicito en Bolivia,
se parece a Blade Runner,
se parece a los derrumbes,
se parece a la tarde,
se parece a las nubes rosadas de la tarde,
se parece a un justo invierno,
se parece a las telarañas de la Babuchka,
se parece a mi amigo viejo,
se parece a su abrigo gris,
se parece a su semblante adusto,
se parece a la niebla,
se parece a los pobres del sur,
se parece a los pobres del norte,
se parece a los pobres del oriente,
se parece a los pobres del este,
se parece a esta ciudad,
se parece a este rincón,
se parece a este vacío,
se parece a este abismo,
se parece a esta angustia,
se parece a este insomnio,
se parece a este chifón,
se parece a tu rostro,
Entonces te tomas un bromazepam,
te tomas un diazepam,
te tomas un tricalma,
te tomas un alprazolam,
un lorazepam
benzodiazepinas,
fluoxetinas,
elixir de la dicha,
te lo tomas todo,
te lo comes todo,
te lo hablas todo,
te lo tragas todo,
y en medio de la semana,
para los sentidos,
marroquíes, colombianos,
y paraguayos,
y aparece por arte de magia el desierto florido, y la palabra (NO de añañuca amarilla y de añañuca roja, se entrelazan con los lirios del campo y terciopelos, enredándose como cabelleras enamoradas; garras de león, Diego de la noche y chinas, hierba del hielo, encintan coronillas de fraile, cardo blanco, flor del minero, y fucsias, pata de huanaco, malvillas, renillas y cactus, azulillos, monjitas y pajaritos, TOCAR),
creo que tiene que ver con el olvido,
creo que tiene que ver con una madre muerta,
Se parece a ciudad miseria de Perú,
Se parece a ciudad oculta en Argentina,
Se parece a las favelas de Brasil,
Se parece a South Bronx de Nueva York,
Se parece a Blade Runner,
Se parece a los derrumbes,
Se parece a los ojos que salen de las capuchas en Chiapas,
tiene paredes, tiene paredes blancas, tiene rejas, tiene perros rabiosos tras las rejas, tiene mercados, tiene malls, tiene edificios de vidrios, tiene edificios nuevos con más vidrios donde se reflejan nubes grises, tiene todo nuevo, tiene comunicaciones, tiene celulares, tiene policía, tiene policía nueva, tiene autos nuevos, tiene camas nuevas, tiene puertas nuevas, tiene ventanas nuevas, tiene metro nuevo, tiene bancos nuevos,
tiene rejas nuevas, tiene seguridad nueva, tiene miedo nuevo, tiene comida nueva, tiene hambre nueva.
Hay olores viejos,
olores a revistas viejas,
olores a trapos viejos,
olores a enfermedades gringas,
olor a transpiración germana,
olor a fantasía añeja,
olor a nafta,
olor a pilchas europeas,
olor a fajas gringas,
olor a solapas gringas,
olor a enaguas gringas,
olor a faldas gringas,
olor a pantalones gringos,
olor a cubrecamas gringas,
olor a cortinas gringas,
olor a mercado usado,
olor a cuáqueros,
olor a western,
olor a Colt, olor a Calvino,
Tiene olor a adrenalina,
tiene olor a papas fritas,
tiene olor a pollo frito,
tiene olor a hamburguesa,
tiene olor a Ketchup,
tiene olor a comida macrobiótica,
Entremedio de todo, hoy 12 de octubre es el día de la raza. 300 Mapuches subieron al cerro Huelén.
Denunciaron la explotación que realizan los empresarios nacionales en sus territorios originarios.
"Solicitamos", dijeron: "que se respete la existencia pacífica de los cuatro colores humanos".
En el Parque de los Reyes, se inauguró la Fuente que regalaron los españoles en Chile.
La obra es un monolito de ocho metros de altura puesto en el centro de una pileta de diez metros de diámetro. Mirando hacia el oriente, se alza la escultura de un huaso de bronce frente a la madre, el padre y el hijo. Se celebraron con Jotas, Aragonesas, Quirosanus, Sevillanas y Muñeiras al compás de las guitarras, castañuelas y gaitas.
Ahí hay unos obreros haciendo un hoyo debajo de mi ventana.
Esta es una imagen chascona detrás de los vidrios.
Esta imagen soy yo a través de los vidrios.
Mira a los hombres trabajando debajo de mi ventana.
Se distinguen por el color de sus cascos amarillos, y más allá un horizonte rosado, cascos rojos, cascos grises, y más arriba un horizonte de nubes rosas vadeando los techos, cascos negros, cascos blancos, y más abajo un horizonte de nubes rosadas, al oriente una pared blanca con cimas plateadas, como si hasta allí nomás llegáramos,
A mi derecha está el parque Bustamante.
Allí se encuentra la estatua de Manuel Rodríguez, hombre de mucho valer.
Le robamos la corona de flores y se la dejamos en la puerta del departamento de los Ángeles Negros.
Al otro día vimos la corona en la cuneta al llegar a la Alameda.
Cuando se hizo una zanja profunda para construir la línea 5 del metro de Santiago, se instalaron unos aleros de fierro para sujetar el edificio en que vivo y dijeron que remozarían la calle poniéndole palmeras, fuentes de agua, y asientos para ver pasar la gente.
A la gente le gusta esta idea de progreso.
En una mañana húmeda se encontró un cadáver en la escalera del metro. El cuerpo estaba desnudo con heridas cortopunzantes, las gentes al pasar decían:
Se parece a un Cristo posmoderno, se parece a San Sebastián de la Legua, algunos afirman que lo cogotearon, otros murmuran que fue una venganza.
En la noche es la segunda animita del lugar.
La primera fue cuando el lustrabotas de la cuadra
se nos murió de un ataque al corazón y se quedó sentado en el lustrín.
Ahora otro ocupa su lugar y lustra zapatos en una silla de vinil rojo, encima de una alfombra de saco.
Le pone flores a la primera animita en agradecimiento, porque si no se hubiera muerto, no se estaría ganando la vida en esta calle.
Al costado del Parque se ha construido el edificio más alto de Chile. Es un celular gigante de la CTC. El obelisco chileno se ve una miniatura moderna y más allá, no hay ninguna construcción que emule nuestra muralla de roca natural que dobla la iluminación crepuscular en Santiago.
ENTEL es el penacho Kitsch que ilumina las sombras del invierno.
A las siete de la tarde, cuando las nubes rosas se van por el poniente, la ciudad es recorrida en una sola dirección, para arriba. Se deja ver una intención, una idea pretenciosa detrás de todo esto. Quiere ser alegórica en su construcción y mítica en su necesidad de ritual. Noble pretensión de ser ciudad inventada.
Y más allá aún, donde el inventario no alcanza a contarse: se parece a los barrios bajos de Los Ángeles.
Allí asesinaron a Sal Mineo de una estocada en el corazón.
Se parece a la cárcel de Chorrillos en Lima, donde tienen encerrada a Sibila Arredondo, viuda de José Arguedas. Se parece a los rostros de las mujeres viejas que gritan AIMARA amarradas a la bandera de Bolivia en La Paz.
Se parece a las mujeres jubiladas que toman el sol en las plazas.
La ciudad ayer parisina, antier española,
tiene socabadamente una intención moderna de ciudad, después de la modernidad.
Las plazas han sido el centro público del paseo provinciano en épocas recientes.
La Plaza Brasil fue centro de reinas de fin de primaveras de otro Santiago.
Los cines Alcázar y Novedades acumularon imágenes visuales en la vieja ciudad, mientras en la Plaza Artesanos se concentraba el olor que singulariza a toda ciudad, olor a pescado frito y coronas de flores, carrozas negras y tranvías, vendedores de magias, ambulantes de sueños, cuando se pasaba un elefante por el hoyo de una aguja, y las gentes miraban la aguja y el elefante, jamás vieron el hoyo.
Y en la canción del puerto, la Plaza de La Victoria es un centro social, y para el gitano Rodriguez la lírica del puerto "vigiló su infancia con rostro de fría indiferencia".
En la Plaza del Roto chileno y la Plaza de La Constitución, los oradores apagaban sus pedos por la boca, inflamando el ideal político de ayer.
Las plazas de la provincia han sido marco decorativo del provincianismo nacional.
La Plaza Italia símbolo mítico de las últimas manifestaciones públicas, señalaría el límite de nuestras fijaciones en la distancia, entre los de arriba, y los de abajo. Fijaron la diferencia en nuestras heridas.
Fijaron la diferencia entre lo liviano y lo pesado.
Fijaron la diferencia entre los hijos de nadie y los hijos de alguien. Fijaron la frontera entre ellos y nosotros.
Y como cada tiempo fija sus mudas, nuevos locos traen consigo las señas del por venir.
Una mujer viene de tarde en tarde a esta plaza. Es una carabinera loca arrancada del manicomio que dirige el tránsito. Es una mujer que ha quedado con esa sujeción del uniforme y las marchas.
Otro allegado es un hombre muy querible en el barrio. Es bajito y se ha ido chpando para dentro. Su rostro está cada día más anguloso. Se recorta su figura contra el paisaje de la plaza onerosamente decorada con la mano de obra cesante. Entonces me sonríe, y canta en inglés una canción folc, reconocida. Luego se sienta rodeado de palomas a comerse su comida en el suelo. Este hombre es la mano de obra gratis del barrio de esta plaza, por unas chauchas, hace brillar los taxis.
Anoche vino un orador que a voz en cuello, entre rayos y centellas, mientras caía la lluvia, enfurecido, se subió al caballo de Baquedano gritando:
"ESTA CIUDAD SE HA LEVANTADO SOBRE LA BASE DE UNA NUEVA ESCLAVITUD
(RONCO)
UNA ESCLAVITUD VIRTUAL. PARA QUE ESTA CIUDAD SE LEVANTE HA DEBIDO HACERLO SOBRE EL LOMO DE LA POBREZA
(GUTURAL)
PARA QUE EXISTA ESTE BURDEL DE MARAVILLAS HA TENIDO QUE HACERLO A COSTA DE MI HUMILLACIÓN
PARA QUE ESTA CIUDAD SE LEVANTE TUVO QUE PISARME
PARA QUE PRETENDA SER CIUDAD HA DEBIDO MATARME
ESTA CIUDAD SE LEVANTA A PURO PILLAJE Y ROBO
(CON AULLIDOS)
ESTA CIUDAD HA ENVEJECIDO A SU JUVENTUD PREMATURAMENTE
(AHOGADO)"
(Este loco cual vácula viviente estuvo gritando hasta quedar ronco como el loco del puente en París Texas, entre el zumbido de la carretera y su voz, repiqueteaba gutural la silueta humana del porvenir de la tarde.)
Esta ciudad ha construido la paranoia haciendo sus listas negras a los que visten de negro.
Los que van al cementerio el 11 de septiembre, yo nací el 9 de septiembre, los que usan tatuajes, me bañaba desnuda en los espejos de las fuentes de la ciudad, pero no era eco, los que viven en La Victoria, mis amigos, que viven el apartheid chileno, tienen que cruzar la calle cuando ven a los rascarricos. Los que viven en La Legua, temidos más allá del pueblo sin ley, yo dejé mis visones lingüísticos, feminísticos, regurgitándome en mis voces antiguas arcaicas y novedosas, de lo feminil, los que viven en las villas, no tengo amigos de villas, ni de condominios, soy de cara ancha, tengo el pelo negro mediterraneo amerindio, leo a Céline, los que tienen el pelo largo. He reconstruido mi viaje entre la ciudad donde fui concebida, Valparaíso, y mi ciudad de Santiago. Entre ellas recorrí mi infancia, en torno a sus plazas, mi viaje literario tiene un especial callejeo primario en el cité frente a la plaza Artesanos, construcción imitativa francesa, cerca de la estación Mapocho donde se estrechaba el camino con Valparaíso, hoy convertido en el mercado de la literatura. Lugar que le dio el famoso olor a pescado frito envuelto en papel de diario. Luego está La Vega recibiendo el perfume de las verduras y frutos de todo el país, al frente su mercado de mariscos, ya los dije, las flores y los muertos antiguos, extrañas relaciones del eros. Allí está situada la casa de la tortura chilena, ¿recuerdan? En Borgoño 1470.
Los porfiados
Los que recuerdan
Los que piensan
Los que son escépticos
Los que están perdiendo el miedo
Un nuevo colonialismo nos resguarda.
Tiene olor a adrenalina,
tiene olor a papas fritas,
tiene olor a pollo frito,
tiene olor a hamburguesa,
tiene olor a Ketchup,
tiene olor a comida macrobiótica,
A las 7 y veinte minutos PM cuando las nubes de octubre se han ido por el poniente y la ciudad comienza a vaciarse, se escucha un grito en el metro.
Santiago ha perdido sus barrios y remozado su olvido, entre sus jirone se ve en la muralla del bar New York, un afiche con el rostro de una mujer de un perfil clásico europeo, anunciando un "Aliviol" carcomido por las gotas de la lluvia, que revierten la mugre ambiental en el papel desgarrado.