martes, 4 de enero de 2011

Ruinas

RUINAS
La noche no es la noche ideal
romántica de los cantos versallescos
o trinos de pájaros en algún amanecer.
La noche de la novela triste es cuando sus luces
se apagan y aparecen las sombras criminales
en las esquinas de los bares, de las casas,
a los pies de la cama, debajo de las sábanas,
en los colores de los muebles, en la opacidad
de las tablas, detrás de los cuadros, arriba del armario,
en los rincones de la escalera
en este libro,
en medio de estas páginas,
en el temblor de tu sonrisa, en ese espejo del baño,
en el cepillo del pelo, en el olor de tu traje,
en el cubierto de la mesa, en la cajita de música,
en el calcetín; broche de una noche antigua,
en la maleta,
en la página del medio,
en el candor, en la maceta de flores;
detalles del tejido,
y el pañuelo a rayas en el sillón Bauhaus,
en el cuadro de Frida Kahlo, en el retrato de revistas viejas,
en los platos de comida, en el charquicán y el luche,
en los juegos de luces pascueros, en los vasos de vino,
en la ponchera, en el apiao y pajarete, en el chaleco azul,
en el anillo, en el collar de un cuello, en los aretes,
en las página sueltas, aquí mismo,
en el hilo del medio,
en el piso de la cocina, en la heladera,
en la silla de paja, en el jarro de café,
en la azucarera, en la mermelada,
como si arriba, en la cucharita del té,
crochete del estío en la biblia latinoamericana,
en el cantar de los cantares, en el libro de Job y Jeremías.

"Chile aparece como un inmenso caballo muerto, tendido en las laderas de Los Andes bajo un gran revuelo de cuervos".
Vicente Huidobro
Páramo y ruinas,
en el sahumerio,
en el escapulario,
en el sagrado corazón de Jesús,
a la entrada de la casa,
en el póster de psicosis,
en el cuarto,
en la música de Béla Bartok,
en el afiche del cojo Díaz,
en la postal del indio,
en el rostro sudaca,
en estos ojos chinescos,
debajo de todo eso, en las puntas,
como si nada, en los santitos, el el ulpo,
en todo eso,
cuando te acuestas,
cuando te levantas,
cuando miras de reojo,
cuando fijas la vista,
cuando te acercas,
cuando hablas,
cuando callas,
cuando brincas,
cuando te das vueltas
en la mañana,
una hora después,
cuando te agachas,
cuando sudas,
cuando aguantas,
cuando aúllas,
cuando todo eso,

"El poeta inglés pudo decir: "Algo huele a podrido en Dinamarca", pero nosotros, más desgraciados que él, nos veremos obligados a decir: Todo huele a podrido en Chile".
Vicente Huidobro

después de quedarte escuchando las gotas de la llave mala,
después de la lluvia de Julio,
después de Julio,
después del frío,
después de la helada  de invierno,
después de la remesa de Julio,
después de la carta de Julio,
después de las cuentas del invierno,
después de la piel seca del invierno,
después de las noticias del invierno.

Irene Paulova ES LA REINA DE LAS NOCHES MOSCOVITAS
Se parece a Rusia,
se parece a Hong Kong,
se parece a mayamicito en Bolivia,
se parece a Blade Runner,
se parece a los derrumbes,
se parece a la tarde,
se parece a las nubes rosadas de la tarde,
se parece a un justo invierno,
se parece a las telarañas de la Babuchka,
se parece a mi amigo viejo,
se parece a su abrigo gris,
se parece a su semblante adusto,
se parece a la niebla,
se parece a los pobres del sur,
se parece a los pobres del norte,
se parece a los pobres del oriente,
se parece a los pobres del este,
se parece a esta ciudad,
se parece a este rincón,
se parece a este vacío,
se parece a este abismo,
se parece a esta angustia,
se parece a este insomnio,
se parece a este chifón,
se parece a tu rostro,
Entonces te tomas un bromazepam,
te tomas un diazepam,
te tomas un tricalma,
te tomas un alprazolam,
un lorazepam
benzodiazepinas,
fluoxetinas,
elixir de la dicha,
te lo tomas todo,
te lo comes todo,
te lo hablas todo,
te lo tragas todo,
y en medio de la semana,
para los sentidos,
marroquíes, colombianos,
y paraguayos,
y aparece por arte de magia el desierto florido, y la palabra (NO de añañuca amarilla y de añañuca roja, se entrelazan con los lirios del campo y terciopelos, enredándose como cabelleras enamoradas; garras de león, Diego de la noche y chinas, hierba del hielo, encintan coronillas de fraile, cardo blanco, flor del minero, y fucsias, pata de huanaco, malvillas, renillas y cactus, azulillos, monjitas y pajaritos, TOCAR),
creo que tiene que ver con el olvido,
creo que tiene que ver con una madre muerta,
Se parece a ciudad miseria de Perú,
Se parece a ciudad oculta en Argentina,
Se parece a las favelas de Brasil,
Se parece a South Bronx de Nueva York,
Se parece a Blade Runner,
Se parece a los derrumbes,
Se parece a los ojos que salen de las capuchas en Chiapas,
tiene paredes, tiene paredes blancas, tiene rejas, tiene perros rabiosos tras las rejas, tiene mercados, tiene malls, tiene edificios de vidrios, tiene edificios nuevos con más vidrios donde se reflejan nubes grises, tiene todo nuevo, tiene comunicaciones, tiene celulares, tiene policía, tiene policía nueva, tiene autos nuevos, tiene camas nuevas, tiene puertas nuevas, tiene ventanas nuevas, tiene metro nuevo, tiene bancos nuevos,
tiene rejas nuevas, tiene seguridad nueva, tiene miedo nuevo, tiene comida nueva, tiene hambre nueva.
Hay olores viejos,
olores a revistas viejas,
olores a trapos viejos,
olores a enfermedades gringas,
olor a transpiración germana,
olor a fantasía añeja,
olor a nafta,
olor a pilchas europeas,
olor a fajas gringas,
olor a solapas gringas,
olor a enaguas gringas,
olor a faldas gringas,
olor a pantalones gringos,
olor a cubrecamas gringas,
olor a cortinas gringas,
olor a mercado usado,
olor a cuáqueros,
olor a western,
olor a Colt, olor a Calvino,
Tiene olor a adrenalina,
tiene olor a papas fritas,
tiene olor a pollo frito,
tiene olor a hamburguesa,
tiene olor a Ketchup,
tiene olor a comida macrobiótica,
Entremedio de todo, hoy 12 de octubre es el día de la raza. 300 Mapuches subieron al cerro Huelén.
Denunciaron la explotación que realizan los empresarios nacionales en sus territorios originarios.
"Solicitamos", dijeron: "que se respete la existencia pacífica de los cuatro colores humanos".
En el Parque de los Reyes, se inauguró la Fuente que regalaron los españoles en Chile.
La obra es un monolito de ocho metros de altura puesto en el centro de una pileta de diez metros de diámetro. Mirando hacia el oriente, se alza la escultura de un huaso de bronce frente a la madre, el padre y el hijo. Se celebraron con Jotas, Aragonesas, Quirosanus, Sevillanas y Muñeiras al compás de las guitarras, castañuelas y gaitas.
Ahí hay unos obreros haciendo un hoyo debajo de mi ventana.
Esta es una imagen chascona detrás de los vidrios.
Esta imagen soy yo a través de los vidrios.
Mira a los hombres trabajando debajo de mi ventana.
Se distinguen por el color de sus cascos amarillos, y más allá un horizonte rosado, cascos rojos, cascos grises, y más arriba un horizonte de nubes rosas vadeando los techos, cascos negros, cascos blancos, y más abajo un horizonte de nubes rosadas, al oriente una pared blanca con cimas plateadas, como si hasta allí nomás llegáramos,
A mi derecha está el parque Bustamante.
Allí se encuentra la estatua de Manuel Rodríguez, hombre de mucho valer.
Le robamos la corona de flores y se la dejamos en la puerta del departamento de los Ángeles Negros.
Al otro día vimos la corona en la cuneta al llegar a la Alameda.
Cuando se hizo una zanja profunda para construir la línea 5 del metro de Santiago, se instalaron unos aleros de fierro para sujetar el edificio en que vivo y dijeron que remozarían la calle poniéndole palmeras, fuentes de agua, y asientos para ver pasar la gente.
A la gente le gusta esta idea de progreso.
En una mañana húmeda se encontró un cadáver en la escalera del metro. El cuerpo estaba desnudo con heridas cortopunzantes, las gentes al pasar decían:
Se parece a un Cristo posmoderno, se parece a San Sebastián de la Legua, algunos afirman que lo cogotearon, otros murmuran que fue una venganza.
En la noche es la segunda animita del lugar.
La primera fue cuando el lustrabotas de la cuadra
se nos murió de un ataque al corazón y se quedó sentado en el lustrín.
Ahora otro ocupa su lugar y lustra zapatos en una silla de vinil rojo, encima de una alfombra de saco.
Le pone flores a la primera animita en agradecimiento, porque si no se hubiera muerto, no se estaría ganando la vida en esta calle.
Al costado del Parque se ha construido el edificio más alto de Chile. Es un celular gigante de la CTC. El obelisco chileno se ve una miniatura moderna y más allá, no hay ninguna construcción que emule nuestra muralla de roca natural que dobla la iluminación crepuscular en Santiago.
ENTEL es el penacho Kitsch que ilumina las sombras del invierno.
A las siete de la tarde, cuando las nubes rosas se van por el poniente, la ciudad es recorrida en una sola dirección, para arriba. Se deja ver una intención, una idea pretenciosa detrás de todo esto. Quiere ser alegórica en su construcción y mítica en su necesidad de ritual. Noble pretensión de ser ciudad inventada.
Y más allá aún, donde el inventario no alcanza a contarse: se parece a los barrios bajos de Los Ángeles.
Allí asesinaron a Sal Mineo de una estocada en el corazón.
Se parece a la cárcel de Chorrillos en Lima, donde tienen encerrada a Sibila Arredondo, viuda de José Arguedas. Se parece a los rostros de las mujeres viejas que gritan AIMARA amarradas a la bandera de Bolivia en La Paz.
Se parece a las mujeres jubiladas que toman el sol en las plazas.
La ciudad ayer parisina, antier española,
tiene socabadamente una intención moderna de ciudad, después de la modernidad.
Las plazas han sido el centro público del paseo provinciano en épocas recientes.
La Plaza Brasil fue centro de reinas de fin de primaveras de otro Santiago.
Los cines Alcázar y Novedades acumularon imágenes visuales en la vieja ciudad, mientras en la Plaza Artesanos se concentraba el olor que singulariza a toda ciudad, olor a pescado frito y coronas de flores, carrozas negras y tranvías, vendedores de magias, ambulantes de sueños, cuando se pasaba un elefante por el hoyo de una aguja, y las gentes miraban la aguja y el elefante, jamás vieron el hoyo.
Y en la canción del puerto, la Plaza de La Victoria es un centro social, y para el gitano Rodriguez la lírica del puerto "vigiló su infancia con rostro de fría indiferencia".
En la Plaza del Roto chileno y la Plaza de La Constitución, los oradores apagaban sus pedos por la boca, inflamando el ideal político de ayer.
Las plazas de la provincia han sido marco decorativo del provincianismo nacional.
La Plaza Italia símbolo mítico de las últimas manifestaciones públicas, señalaría el límite de nuestras fijaciones en la distancia, entre los de arriba, y los de abajo. Fijaron la diferencia en nuestras heridas.
Fijaron la diferencia entre lo liviano y lo pesado.
Fijaron la diferencia entre los hijos de nadie y los hijos de alguien. Fijaron la frontera entre ellos y nosotros.
Y como cada tiempo fija sus mudas, nuevos locos traen consigo las señas del por venir.
Una mujer viene de tarde en tarde a esta plaza. Es una carabinera loca arrancada del manicomio que dirige el tránsito. Es una mujer que ha quedado con esa sujeción del uniforme y las marchas.
Otro allegado es un hombre muy querible en el barrio. Es bajito y se ha ido chpando para dentro. Su rostro está cada día más anguloso. Se recorta su figura contra el paisaje de la plaza onerosamente decorada con la mano de obra cesante. Entonces me sonríe, y canta en inglés una canción folc, reconocida. Luego se sienta rodeado de palomas a comerse su comida en el suelo. Este hombre es la mano de obra gratis del barrio de esta plaza, por unas chauchas, hace brillar los taxis.
Anoche vino un orador que a voz en cuello, entre rayos y centellas, mientras caía la lluvia, enfurecido, se subió al caballo de Baquedano gritando:
"ESTA CIUDAD SE HA LEVANTADO SOBRE LA BASE DE UNA NUEVA ESCLAVITUD
(RONCO)
UNA ESCLAVITUD VIRTUAL. PARA QUE ESTA CIUDAD SE LEVANTE HA DEBIDO HACERLO SOBRE EL LOMO DE LA POBREZA
(GUTURAL)
PARA QUE EXISTA ESTE BURDEL DE MARAVILLAS HA TENIDO QUE HACERLO A COSTA DE MI HUMILLACIÓN
PARA QUE ESTA CIUDAD SE LEVANTE TUVO QUE PISARME
PARA QUE PRETENDA SER CIUDAD HA DEBIDO MATARME
ESTA CIUDAD SE LEVANTA A PURO PILLAJE Y ROBO
(CON AULLIDOS)
ESTA CIUDAD HA ENVEJECIDO A SU JUVENTUD PREMATURAMENTE
(AHOGADO)"
(Este loco cual vácula viviente estuvo gritando hasta quedar ronco como el loco del puente en París Texas, entre el zumbido de la carretera y su voz, repiqueteaba gutural la silueta humana del porvenir de la tarde.)
Esta ciudad ha construido la paranoia haciendo sus listas negras a los que visten de negro.
Los que van al cementerio el 11 de septiembre, yo nací el 9 de septiembre, los que usan tatuajes, me bañaba desnuda en los espejos de las fuentes de la ciudad, pero no era eco, los que viven en La Victoria, mis amigos, que viven el apartheid chileno, tienen que cruzar la calle cuando ven a los rascarricos. Los que viven en La Legua, temidos más allá del pueblo sin ley, yo dejé mis visones lingüísticos, feminísticos, regurgitándome en mis voces antiguas arcaicas y novedosas, de lo feminil, los que viven en las villas, no tengo amigos de villas, ni de condominios, soy de cara ancha, tengo el pelo negro mediterraneo amerindio, leo a Céline, los que tienen el pelo largo. He reconstruido mi viaje entre la ciudad donde fui concebida, Valparaíso, y mi ciudad de Santiago. Entre ellas recorrí mi infancia, en torno a sus plazas, mi viaje literario tiene un especial callejeo primario en el cité frente a la plaza Artesanos, construcción imitativa francesa, cerca de la estación Mapocho donde se estrechaba el camino con Valparaíso, hoy convertido en el mercado de la literatura. Lugar que le dio el famoso olor a pescado frito envuelto en papel de diario. Luego está La Vega recibiendo el perfume de las verduras y frutos de todo el país, al frente su mercado de mariscos, ya los dije, las flores y los muertos antiguos, extrañas relaciones del eros. Allí está situada la casa de la tortura chilena, ¿recuerdan? En Borgoño 1470.
Los porfiados
Los que recuerdan
Los que piensan
Los que son escépticos
Los que están perdiendo el miedo
Un nuevo colonialismo nos resguarda.
Tiene olor a adrenalina,
tiene olor a papas fritas,
tiene olor a pollo frito,
tiene olor a hamburguesa,
tiene olor a Ketchup,
tiene olor a comida macrobiótica,
A las 7 y veinte minutos PM cuando las nubes de octubre se han ido por el poniente y la ciudad comienza a vaciarse, se escucha un grito en el metro.
Santiago ha perdido sus barrios y remozado su olvido, entre sus jirone se ve en la muralla del bar New York, un afiche con el rostro de una mujer de un perfil clásico europeo, anunciando un "Aliviol" carcomido por las gotas de la lluvia, que revierten la mugre ambiental en el papel desgarrado.

1 comentario:

  1. Guau. ESte poema me lo leí enterito como si fuese una cueca chilena bailada por dos danzarines bolivianos. Uks.
    Juan Carlos Ramiro Quiroga

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