miércoles, 19 de enero de 2011

PUENTE MADRE

Del Libro “mama Marx” (2007)

PUENTE MADRE

                                         
(11 p.m.)

 
Nadja baja sus medias y nombra los puentes.
Puente Madre en una puerta sin número,
fuimos a dar con marañas de pelo húmedo
debajo de ese puente.

Allí,
rastro del olvido,
ristre,
quiero hacerlo en el río.

Escríbeme: Puente de mis miembros,
estoy en otra dirección.
Soy una orilla colgada en el puente.


(a las 2 a.m)

Perras celosas, un rastro;
amarillo rosado perla;
amarillo perlado.

El vuelo de una perra.

Siento la lengua de su hocico,
colmada de desvíos
espejos de la resaca
desvelada,
viéndome en la otra orilla.
Puente de mis ojos.


  (3.28 a.m.)

En los límites del sur.
Espérame perlado en el reflejo de la línea.
Esa que no cruzas por miedo a perderte.
La hora de una perdida,
deja húmeda la entrada.
- Sombra ilegal -
A hurtadillas chorrea en el río de la madre.
Sola bajo los puentes cobro barato,
una perdida no teme a nada.
De una esquina a otra despierta el alba.
Una perra mueve la cola.
Regresan las grullas dibujan
en el puente,
las calles Paris Londres Oh,
New York city,
pequeña Italia
Barrio Chino,
Oh Manhattan,
Oh baby,
yo doll.
Mi cité.
al otro lado El Harlem y las brisas,
Oh Bronx, New Haven,
my darling one.
El puente, Oh Hudson,
Oh mapuchu Oh quiero,
echárteme Oh fragor.

                      (3.10 a.m.)

Por la venia de María.

Algo viejo ha revivido,
y dejo en el pasado la cebolla.
Mal te pese.
Nuestros corazones palpitan,
estoy vaciada en esta  puerta.

Mientras en la calle,
una mujer grita: "Soy Amparo".
busco huilliches,
para echármelos encima,
y los cuerpos aparecen,
día,
y días,
ahogados,
de amar.
Una línea indeleble brilla.
Son las iniciales que
te nombran: ¡Ahuecado!
En el remolino, y es noche.

Son los vestigios del verdugo
iluminan el farol del puente,
en el ala
de una polilla suicida.
La voz de la gloria repite:
¿Me echai una para dormir ladeada?

La hora de una falena abisal,
es la hora inhabitada de un vacío.
Sus patas brillan suspendidas.

Una hora por un cielo estelar
y
nada
más.

Una palabra.
Y la lengua chasquea,
lúbrica.
¡Sudapena !
¡Llorona!
¡ Güipil!
¡Animita de barro!
¡Chimba!

Fuga de palabras en su boca,
de la esquina.

Todo sentido único,
delirio de una alada,
aparición vocálica del soliloquio.

La noche nómade prologándose a sí misma.



LOS PUENTES SON LOS HORIZONTALES DIBUJOS Y EN ELLOS ESCRIBO




4 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Hola sra. Carmen, ¿podria contestar algunas preguntas porfavor? me interesa mucho conocerla mas a fondo, su carrera y todo eso, porfavor :(

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